Frutas rojas

En el curso de un viaje, Mulla Nasrudin llega a un pueblo.

En el mercado, se queda pasmado delante de un tenderete de frutas exóticas, desconocidas, que encuentra de lo más apetitosas. Le dice al vendedor:

-Estas frutas me parecen excelentes. ¡Póngame un kilo!

Se marcha muy contento con su compra. Un poco más lejos, le hinca el diente a una de estas frutas rojas, pero al instante siente que la boca le hecha fuego. Se pone rojo. Sus ojos lloran y sin embargo continúa comiendo.

Un transeúnte, que le está mirando desde hace un momento, le aborda:
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-Pero ¿Qué hace usted?

- Creía que estas frutas eran muy buenas. Pensando que no iba a tener bastante con una sola, he comprado un kilo.

- Comprendo, pero ¿por qué se empeña usted en comérselas? Son pimientos rojos, y son terriblemente fuertes.

- No son los pimientos de los que yo me como ahora, añade Mulla, sino mi dinero

Una interpretación / aplicación del cuento propuesta por Jodorowski en Plano Sin Fin

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